Livia Brito inició el 2022 con el pie derecho. La cubana ganó la demanda legal que interpuso, hace más de un año, contra de ella, el fotógrafo, Ernesto Zepeda, a quien la actriz y su novio Mariano Martínez agredieron cuando descubrieron que éste les estaba tomando fotografías en una playa de Cancún "sin su consentimiento".
La jueza determinó que el responsable era Zepeda, pues pese a su profesión, éste fue acusado por "atacar la privacidad e intimidad de las personas”.
En la audiencia se determinó que la exposición de la imagen de cualquier individuo sin autorización (aún sea una figura pública) viola el derecho de dignidad humana, por lo que los presuntos culpables no fueron vinculados a proceso, ya que ellos sólo buscaban proteger su integridad y privacidad.
Aunque probablemente llego el momento de replantear la labor de los paparazzis dentro del quehacer periodístico, algo en lo que indudablemente la jueza se equivocó es en justificar las agresiones físicas contra el compañero periodista y en no sancionar a los responsables del uso de la violencia.
Otra injusticia es que Livia Brito no resarcirá el daño al fotógrafo quien no sólo perdió sus herramientas de trabajo, teniendo que rentar mensualmente un equipo fotográfico, también pagó cuentas médicas, los honorarios de su abogado y otros daños que sufrió tras este lamentable incidente.
'Le solicité que borrara las fotos [...] y al encontrarme con una negativa y en argumento de que por ser figura pública mi vida privada también lo era, se produjo una discusión, me empujó y reaccioné con una cachetada hacia él', contó la intérprete del Triunfo del amor.
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