A medida que vas creciendo, empiezas a preocuparte menos por el Día del Amor. Y parece que muchas mujeres en estos días sienten lo mismo.
Lo anterior no está mal y no significa que el día de San Valentín esté muerto. Simplemente hay razones válidas por las cuales no celebrar este día.
1. El hecho de que todos los demás estén celebrando no significa que tengas que hacerlo. Solía molestarme cuando mi mamá decía: si todos los demás saltaran por un puente, ¿también lo harías? El romance nunca debe ser forzado, hazlo en tu propio tiempo.
2. La presión. Todos están bajo presión cuando llega el Día de San Valentín. ¿Qué espera tu pareja? ¿Cuánto deberían gastar los dos? ¿Qué pasa si tu regalo no es tan extravagante como los de otros? No es una competencia, pero comienza a sentirse como tal.
3. Es desesperante. Hay algo de repugnante sobre lo exagerado que es el Día de San Valentín. Es una exhibición tan loca que casi le quita la idea original, que era simplemente decirle a alguien cuánto lo amas.
4. Es caro. Rosas, regalos, cenas lujosas, habitaciones de hotel: cuando sumas el costo, no alcanza. ¿Sabías que las rosas cuestan de 30 a 50 por ciento más en el Día de San Valentín? Ese dinero sería mejor gastado en un fin de semana.
5. Romancear en cualquier otro día es mucho mejor. Llenar a alguien de amor en un día "ordinario" significa mucho más. Significa que no lo estamos haciendo solo porque todos los demás lo hacen, sino porque queremos hacer algo especial el uno para el otro.
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