Las rosas rojas son casi un regalo establecido entre los amantes. Más aún cuando se trata del día de San Valentín.
¿Pero de dónde salió esa tradición y por qué son las rosas rojas las elegidas? Las rosas tienen un simbolismo visual obvio para el amor (el color rojo siempre está ligado a la pasión y al amor), pero no se trata solo del sentimiento romántico.
Desde hace mucho tiempo, y en específico en los siglos XVIII y XIX, surgió una práctica conocida como “floriografía”, se trataba simplemente del envío de ramos de flores a los intereses amorosos, y la tradición –obviamente– se ha mantenido hasta nuestros días.
¿Cómo lo ha logrado? ¿Es que siempre, en todas las épocas, hay románticos empedernidos? Sí, pero no solo eso. La verdad no tan romántica acerca de por qué nos damos flores en el Día del amor y la amistad es que las rosas son una máquina de hacer dinero.
Por ejemplo, tan solo en 2017, los estadounidenses gastaron 2 mil millones de dólares en flores, las rosas rojas fueron las más populares.
Otro dato apabullante: para este año, se produjeron alrededor de 250 millones de rosas que estarán listas justo para San Valentín, porque así de alta es la demanda.
Son hermosas, son muy demandadas, pero recuerda que ese día es mucho más que mercadotecnia y en lugar de comprar rosas, pásalo con las personas que más quieres.
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