Carmen Mondragón, mejor conocida por su seudónimo Nahui Olin, fue una pintura y poetisa mexicana, símbolo de la liberación de las mujeres en México, pionera en el uso de la minifalda y en escribir abiertamente sobre la sexualidad femenina.
Un personaje que deberás tener muy presente, pues además de la exposición que actualmente exhibe el Munal, muy pronto saldrá una película sobre su vida, que seguramente le dará mayor reconocimiento por parte del público. Incluso se ha hablado de que será el próximo símbolo del arte, al lado de Frida Kahlo.
Exposición en el Munal
La exposición “Nahui Olin. La mirada infinita” que actualmente se exhibe en el Museo Nacional de Arte (Munal) de la Secretaría de Cultura y que busca reivindicar su papel para la cultura de la época y desentrañar su universo creativo.
Sus legendarios ojos verdes y su cautivadora belleza la convirtieron en un ícono de la época, cuya hermosura fue admirada por pintores como Diego Rivera y el Dr. Atl, con este último incluso tuvo una intensa relación que incluso está documentada en cartas.
Sin embargo, su obra fue opacada en muchas ocasiones por su figura pública y fue relegada a ser recordada únicamente por las relaciones amorosas que mantuvo y por su controvertido personaje. Fue una artista adelantada a su época, transgresora, figura del feminismo mexicano que con sus cortes de pelo y su forma de vestir causaba escándalos en su época.
La exposición rescata sus diversas facetas a través de 4 secciones, cada una aborda una cara y nos permite comprender mejor a este personaje multifacético.
Nahui Olin: cuarto movimiento
Su seudónimo, Nahui Olin, le fue dado por el pintor Gerardo Murillo a quien se conoce como Dr. Atl. De acuerdo con la periodista Adriana Malvido, quien ha dedicado más de 2 décadas a analizar su obra, este sobrenombre evoca en náhuatl la fuerza del sol para hacer girar los planetas y el movimiento regenerador del cosmos.
Y es que la poetisa y pintora fue un personaje que desde niña tuvo esa fuerza de su lado. En un libro que tituló “A los diez años. Sobre mi pupitre”, la poeta Nahui Olin recoge pensamientos escritos por ella misma cuando tenía 10 años en donde habla de ideas revolucionarias para la época, y sobre todo para su edad.
“Me han destinado para venderme a un marido, como en la antigüedad se vendía a los esclavos. A pesar de mi edad, protesto por estar bajo la tutela de mis padres”, escribe Nahui en pensamientos que fueron guardados por una monja de su colegio y publicados tiempo después.
Vida nómada
Su vida fue también un poco nómada, hija de un importante militar relacionado con el gobierno, migró durante su infancia a Francia en donde estudió un tiempo y se relacionó con la cultura europea.
Más tarde regresó a México, en donde siguió relacionándose estudiando en el Colegio Francés y relacionándose con las más altas esferas de la época. Posteriormente, conoció a quien sería su esposo y juntos regresaron a París, en donde se relacionaron con artistas de la época como los pintores Diego Rivera, Henri Matisse y Pablo Picasso.
Regreso a México y relación con Dr. Atl
Años después, y luego de perder a un hijo en circunstancias que no se han logrado descifrar, Carmen Mondragón volvió a México con su esposo, en un matrimonio que estaba muy fracturado. Fue en México en donde conoció al Dr. Atl, con quien inició una intensa relación amorosa, una de las más importantes en la vida de ambos artistas.
Durante el periodo que duró esta relación, ambos pintores tuvieron uno de los periodos creativos más importantes. Para Dr. Atl en la pintura y para Nahui Olin primero en la poesía y después también en la pintura, en donde se le caracteriza por un estilo naif.
En su escritura poética, plasmada tanto en sus libros, como en las más de 200 cartas que escribió a Gerardo Murillo, es posible que nos acerquemos a la figura de una mujer llena de erotismo y sutileza.
Mujer transgresora y símbolo de la liberación femenina
Nahui Olin fue una mujer pionera que vivió su sexualidad abiertamente. Sus reflexiones sobre la sexualidad y el erotismo, así como sobre el amor, cautivan por su estilo propio y la fuerza literaria de sus frases.
Aunque socialmente causaron furor, pues eran hechas en una época en la que a las mujeres no se les permitía hablar abiertamente de estos temas, y le llevaron a ser despreciada por las familias “decentes” de la época.
Muchos la rechazaron también por su apertura para posar desnuda y en poses eróticas para grandes fotógrafos de la época como Edward Weston y Antonio Garduño. Y por que fue una de las primeras mujeres mexicanas en utilizar minifalda, lo que la llevo a ser fuertemente criticada, por ser demasiado “provocativa”.
Después de sus relaciones amorosas con otros pintores y personajes, su último amor fue con Eugenio Agacino, quien murió en 1934.
Luego de la muerte de éste, Nahui Olin decidió recluirse y alejarse de la vida pública y artística, a pesar de que siguió escribiendo y dedicándose a la enseñanza. Murió en 1978 sin el reconocimiento que merecía como personaje histórico y artístico.
Figura imprescindible y simbólica
Sobre ella, el escritor José Emilio Pacheco mencionó alguna vez: “Si la Ciudad de México pudiera simbolizarse en una mujer, la elegida sería Carmen Mondragón”, y luego “La nahuimanía reemplazaría a la fridomanía. Habrá postales, camisetas y gorras con las iniciales N. O.”.
A pesar de la versatilidad artística y de la amplitud de su obra, no ha sido reconocida por su trabajo como una figura imprescindible ni para la pintura ni para la literatura, lo que nos obliga a repensarla como personaje que fue y la importancia que tuvo.
La exhibición sobre su vida y obra se exhibe en el Museo Nacional de Arte (Munal) desde el 15 de junio y hasta el 9 de septiembre, ubicado en Tacuba 8, colonia Centro, en la Plaza Tolsá.
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