¿Hay una fórmula mágica para saber cuándo terminar con una relación?
En realidad no la hay, pero sí hay señales de alerta que pueden indicarte que deberías alejarte de una persona: cuando te estás alejando de todos los demás (familia y amigos), cuando esa persona te hace sentir mal contigo misma o menospreciada, cuando hay violencia verbal o física, cuando se ha convertido en una relación tóxica.
¿Y cuándo deberías "luchar" por salvar una relación?
En este caso, puede ser menos evidente y en algunos casos más difícil, pues las "señales" que encuentras no son tan evidentes y los problemas podrían parecer menos obvios.
En primer lugar, olvídate de pensar que uno "sabe" cuando esa persona es la indicada. Si eso sucediera, sería más difícil que nos rompieran el corazón.
La verdad es que justo por eso es difícil, porque no son cosas que se sepan o se intuyan a la primera, muchas veces es cuestión de construir una relación entre dos personas y de trabajar en ella. Pero cuando deja de funcionar es cuando una persona ya no tiene ganas de hacerlo.
El amor no duele
Si has descubierto que esa persona y tú tienen planes distintos a futuro, es posible que ambos deban replantearse lo que quieren: si uno quiere tener hijos y el otro no, si uno quiere casarse y el otro no. Esperar a que el otro cambie de opinión es dañino además de peligroso, y será una bomba de tiempo en medio de la relación.
Esa frase de que "el amor duele", no es más que una mentira que nos hace sentir que es normal sufrir estando dentro de una relación. Lo que sí es cierto, es que en ocasiones uno de los dos puede llegar a lastimar al otro, pero si es una constante entonces deberían preguntarse qué está sucediendo.
Por ejemplo, imaginemos el caso de una infidelidad. ¿Debería una pareja sobreponerse a ello? Depende. Hay quien puede salir adelante y quien no puede perdonarlo. Si tu pareja te ha sido infiel y no sabes si puedes perdonarlo, pregúntate si esa persona te perdonaría a ti en el caso contrario.
Si no puedes perdonar lo que te ha hecho y crees que se lo reprocharás todo el tiempo o no podrás volver a confiar en él, también es una buena razón para dejarlo atrás. No deberías sufrir por estar con alguien.
Estar con una persona no debería implicar "luchar" por ello, sino trabajar en conjunto y ayudarse mutuamente a crecer, a alcanzar sus logros y a estar bien por separado y en conjunto.
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