La decisión de tener un perro no es fácil. Nunca... ni siquiera si el perro es hermoso. Es prácticamente como tener un hijo: implica tiempo, compromiso, paciencia y mucho cariño.
Sin embargo, también es cierto que en tu corazón se sabe cuando es el momento perfecto. Hay un presentimiento que te dice que es momento y entonces comienza la aventura.
Sin embargo, para mí llegó un poco tarde. Y fue perfecto, aunque todavía creo que me habría encantado tener un perro cuando era niña. En cada pastel de cumpleaños, cada vez que veía que tenía que pedir un deseo y hasta a los Reyes Magos, siempre, siempre pedía un perro.
Pero mi perro nunca llegó. O llegó y se fue... porque sí tuve un perro... un cachorrito que compraron en un tianguis y se murió a la semana. Así que si primero lloraba por no tener un perro, después lloraba por el que se me había muerto.
Por cierto, otra cosa importante: ¡no compres un perro, adóptalo! Sé paciente y seguro encuentras uno que te enamore, e incluso muchas veces habrá cachorros o perros similares al que siempre soñaste.
Pero regresando a las razones por las cuales tu hijo debería tener un perro, aquí van:
1. Mejorará su autoestima
Los perros son los mejores amigos y compañeros, te quieren incondicionalmente y están dispuestos a darte montones de amor. Los niños que crean con los perros un vínculo emocional distinto y también repercutirá en la forma en la que se sienten sobre ellos mismos.
2. Serán más empáticos
Preocuparse por otro ser vivo los hará mejores personas: ¿por qué llora?, ¿tiene hambre?, ¿está asustado por los cuetes? Aunque ahora se refleje en un perro, al final también lo hará con otras personas y se dará cuenta que lo que sienten los otros también es importante.
3. Mejorará su salud y sus defensas
La saliva de un perro de casa es prácticamente inofensiva e incluso puede tener muchos beneficios: es cicatrizante, ayuda a mejorar la flora bacteriana y refuerza las defensas de los niños. Si está desparasitado y tiene sus vacunas, no hay riesgo para los niños. De hecho, hay estudios que indican que el 52% de las personas adultas besan más a sus perros que a sus parejas.
4. Mejora su sentido de responsabilidad
Tener un perro puede ayudar a los niños a ser más responsables y a tener una rutina. Sin embargo, el trabajo es conjunto al principio: recordarle que es necesario que salgan a pasear, recoger y limpiar juntos, decirle que le ponga sus croquetas. Los niños aprenden rápidamente que los perros son seres vivos a los que debe cuidarse a cambio de compañía y cariño incondicional.
5. Aprenden a lidiar con las pérdidas
Sí, uno no adopta un perro pensando que un día va a irse. Pero por muy doloroso que sea, nos recuerda que la muerte también es parte de la vida. Además, preparará a los niños para otros momentos difíciles de pérdidas y les recordará que pueden sobreponerse a ellos. Y bueno, de hecho la ciencia confirma que perder a un perro es tan difícil como perder a un familiar cercano.
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