¿Cómo separarme de aquello que lastima? Inexplicablemente me nace el querer ‘salvar’ a mi pareja. Siento que él me necesita, pero no logro saber lo que realmente deseo.
La culpa me invade al desear alejarme. Algo dentro de mí me obliga a no rendirme, y esa fuerza me impulsa a rescatar mi relación por insoportable que sea.
Me acostumbré a dar, hacer y sentir por alguien más y lo peor… a aceptar que duele.
¿Has pasado por algo así? Esta adicción a los problemas del otro se llama codependencia.
Quienes la padecen, sienten la necesidad de rescatar a su pareja, y para no perderla, llegan a tolerar situaciones de violencia física, psicológica y emocional.
El codependiente es experto en activar el mecanismo de defensa llamado ‘negación’. Ignora lo que sucede a su alrededor, aunque en el fondo, no esté de acuerdo con ello. También es capaz de dar consejos a otros, pero incapaz de responderse a sí mismo.
Quien vive inmerso en esta condición psicológica aprende a ‘controlar’ y lo usa como defensa ante la vulnerabilidad.
Tienden a sentir que controlan su vida pero se desmoronan cuando la vida del otro, se les va de las manos. Aun así se esfuerzan por ignorarlo, pues aceptar la impotencia es caer en cuenta del sufrimiento y la toxicidad de la relación.
¿Dudas si estás en una relación dañina? Estos son los síntomas de la codependencia:
Tratar de agradar a los demás
Hacer algo para caer bien a otros significa hacerlo sólo para que nos acepten. Generalmente, quienes tienen esta actitud es porque creen que los demás no puedan amarlos por otras de sus cualidades.
Perfección
No existen relaciones perfectas, pero si relaciones sanas. La codependiente intenta ser perfecta. Busca resolver, ayudar a los demás pero se olvida de sus propias necesidades.
¿Ahora entiendes porque muchos días despiertas de malas? El hecho de querer complacer a todos sin poner límites te satura.
Obsesionarse
Esto sucede cuando nuestra energía mental se enreda compulsivamente en patrones improductivos de pensamiento.
Al final, te das cuenta que perdiste mucho tiempo en el trabajo o en la escuela sin poder concentrarte, además tus días y tu humor dependen de cómo está tu relación.
Sobreprotección
El codependiente asume la responsabilidad de otros y no la responsabilidad de sí mismo. En momentos te conviertes en experta al querer reparar la vida de tu pareja.
Cuidar, desde la codependencia, te puede hacer sentir usada, victimizada e infravalorada.Procura preguntarte a ti misma qué quieres en vez de estar al pendiente de lo que necesita tu pareja.
Resentimiento
La mayoría de las veces intentas aparentar que estás bien con tu pareja, sin embargo cuando haces un recuento minucioso, desentierras sentimientos negativos que no has logrado enfrentar, resolver y soltar.Trabajar el rencor para sanar es, sentir. Deshazte del enojo y aprende a perdonar.
El amor no debe doler
Todas las relaciones de pareja presentan períodos de crisis, sin embargo, deben ser más los momentos sanos y de grata convivencia.
Como adultos, es común repetir lo que vivimos o creer que el amor es sinónimo de sufrimiento.Y efectivamente, el amor duele si tenemos heridas emocionales no resueltas desde la infancia, como falta de atención, abandono o violencia. Si estás lastimado, no estás dispuesto a amar pues estarás a la defensiva o te convertirás en alguien que comete o permite abusos.
Para llevar una vida sana, debemos aprender a poner límites, así daremos espacio a las experiencias positivas y ante todo, recordar que el amor NUNCA debe doler.
Si quieres encontrar mayores herramientas emocionales y lograr un cambio en su vida pueden contactar a la psicóloga Helena Lebrija.
Bosque de Duraznos 75 (604B)
Col. Bosque de las Lomas,11700, CDMX
Tel. 55142689
Cel. 0445528996030
Mail: helenalebrija@hotmail.com
Twitter: @helenlebrija
Página web: www.ayudate.mx
via ActitudFem - Una comunidad versátil, para la mujer contemporánea https://ift.tt/2rLU8OY
Publicar un comentario