Los refugios para mujeres que viven violencia extrema no recibirán más subsidios por parte del gobierno este año, por instrucciones del presidente, Andrés Manuel López Obrador.
El pasado 14 de febrero el gobierno federal tomó la decisión de suspender la Convocatoria Pública para la Asignación de Subsidios para la Prestación de Servicios de Refugio para Mujeres, sus Hijas e Hijos, que Viven Violencia Extrema y, en su caso, a sus Centros de Atención Externa 2019.
Esta convocatoria tenía un presupuesto de 346 millones de pesos aprobados para subsidiar organizaciones dedicadas a proteger a mujeres que sufrían violencia extrema. De acuerdo con el Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva, el motivo de esta lamentable decisión fue obedecer la orden de AMLO de “no transferir recursos públicos a organizaciones de la sociedad civil”.
La Red Nacional de Refugios, que representa a más de 70% de los refugios para mujeres del país, emitió un comunicado donde manifestó su indignación y disconformidad ante esta decisión.
“Los refugios restituyen derechos, previenen feminicidios. Es inadmisible que un oficio pretenda suspender un acto legislativo de asignación, además etiquetado, del presupuesto 2019”.
Asimismo, la Red instó al gobierno federal a “subsanar esta acción inadmisible y lamentable que vulnera los derechos de las mujeres a vivir libres de violencias, que va en contra de los tratados internacionales y nacionales en la materia que México ha firmado y ratificado”.
La Red Nacional de Refugios cuenta con al menos un refugio en cada uno de los estados de la República. El posible cierre de los mismos, derivado de la suspensión del subsidio, dejaría a más de 20 mil mujeres en riesgo de ser víctimas de violencia feminicida, violencia de género, trata o violación.
La cancelación de esta convocatoria no sólo afecta a los refugios operados por OSC, sino también a los refugios operados por el gobierno, pues también ellos dependen del subsidio.
Esta decisión es, por demás, irresponsable. Los refugios no solo salvaguardan la integridad física de las mujeres y sus hijos en casos de violencia extrema, también les otorgan atención médica, jurídica y psicológica; así como talleres de capacitación laboral para que al salir del refugio puedan empezar una vida independiente, con un trabajo digno y remunerado.
Suspender el subsidio a estos espacios es asfixiarlos y dejar en riesgo a miles de mujeres, niñas y niños. Sólo podemos esperar que el gobierno recapacite sobre la vital importancia que tienen estos refugios para toda la población.
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