Poco después de que supimos que existíamos, justo cuando empezábamos a hablar más, casi al día siguiente de que quedamos en hacer algo alguna vez, nos pasó esto.
¿Te imaginas cómo habría sido todo, si no se nos hubiera cruzado una catástrofe mundial?
Calculo que estas alturas ya nos habríamos dado unos besos; creo que se habría concretado esa salida que quedó pendiente y un par más; mensajitos de noche y de mañana; al menos una peli en tu casa o en la mía...
¿Ya habríamos cogido? Esa respuesta me la reservo.
Sé que no eras el amor de mi vida, pero qué bien la íbamos a pasar.
Lo triste es que no solo nos pasó una epidemia.
También nos pasaron mensajes que dejaste de contestarme; miedos de los que no pude hablar contigo; nudes que pediste antes de tiempo; pláticas casuales que fuimos incapaces de profundizar; memes que no dieron tanta risa.
Ya no pude conocerte bien, y ya tampoco me quedaron ganas de hacerlo.
¿Te imaginas cómo habría sido todo, si no se nos hubiera cruzado una catástrofe mundial?
A lo mejor no mucho, pero no tan poco.
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