Eliza siempre quiso ser mamá y cuando descubrió junto con su esposo que estaba embarazada, se sintió llena de felicidad.
Pero cuando dio a luz, sintió el corazón roto, pues nadie la felicitó cuando nació su hija.
Un mes antes del parto, Eliza rompió la fuente, así que fue al hospital. En la sala de parto, todos estaban sospechosamente silenciosos y se lanzaban miradas de confusión.
Su pequeña hija, Isabella, había nacido con un raro síndrome: Treacher-Collins, una condición genética que afecta el desarrollo facial y causa deformidades.
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Aunque en un principio notó que la orejita de su bebé estaba doblada, pensó que era normal. La emoción por la llegada de su bebé se opacó, pues notó que las miradas de los demás no eran iguales.
“Cuando miré a mi alrededor, supe que algo andaba mal. Nadie me felicitaba y mi mamá y mi esposo parecían confundidos y asustados. Estaba extrañamente silencioso y luego el médico salió de la habitación. No tenía idea de lo que estaba pasando", relató.
La bebé nació con microtia, pérdida auditiva, mandíbula pequeña y hundida, una vía respiratoria pequeña y paladar hendido, y ha pasado por problemas relacionados con el subdesarrollo de sus huesos faciales.
Cuando por fin pudo tener entre sus brazos a Isabella, notó que lucía diferente, pero se enamoró inmediatamente de ella y supo que todo estaría bien.
Tienen miedo de que sea bulleada
Desde el momento de su llegada, los papás de Isabella supieron que las cabezas se girarían para observar a su pequeña por la forma en que luce.
Eliza dice que su peor miedo es que su hija sea bulleada por su condición, además de que las miradas y comentarios de los extraños puedan hacerla sentir mal.
"Sabía que mi viaje en la maternidad sería diferente, pero sé que mi bebé merece ser celebrada", dice Eiza, quien acepta que ni ella ni su esposo sabían nada sobre el Síndrome de Treacher-Collins, así que han tenido que educarse con el pasar del tiempo.
Eiza confiesa que se preguntó muchas cosas: ¿Fue algo que hizo mal? ¿Cómo es posible que algo así sucediera? ¿Por qué a ellos y a su bebé?
La orgullosa mamá dice que está dispuesta a hablar sobre el tema, a responder preguntas sobre su hija y a crear conciencia sobre este extraño síndrome.
Sin embargo, comenzaron a notar que la gente se alejaba: "Isabella dice 'hola' varias veces, pero desafortunadamente no obtiene respuesta.
"Finjo no darme cuenta porque es pequeña. Mi esposo y yo hemos decidido decir algo que sea informativo y no conflictivo a quien sea que la observe.
"Una vez una mujer mayor vio a Isabella y le dijo a su marido 'mira a esa niña, algo anda mal con ella'. Eso duele. Sólo quiero que la gente sea amable y comprensiva".
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Crédito fotos: Eliza Jamkochian Bahneman
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