Cuando Ally Opfer llegó a urgencias pensó que el fuerte dolor que sentía se debía a las piedras en el riñón que le habían detectado. Se llevó una gran sorpresa cuando los médicos le dijeron que estaba embarazada y que estaba a punto de dar a luz.
Sí, sí es posible estar embarazada sin saberlo (te lo explicamos en esta nota), y es que a veces los síntiomas más típicos del embarazo (que podrás ver en esta otra publicación) jamás se presentan.
Justo así le pasó a Ally Opfer. Cinco días antes de convertirse en madre, Ally todavía estaba entrenando a un equipo de porristas de secundaria. Y dos días antes del nacimiento pensó que las pequeñas punzadas que sentía no eran más que cólicos menstruales.
Todo cambió a la noche siguiente. El dolor que Ally sentía en la espalda y en el vientre se había vuelto insportable. Su madre no quiso esperar más y la llevó a un hospital.
Una vez ahí, el doctor dijo que por el tipo de dolor lo más probable era que tuviera piedras en el riñón; pero al realizarle el ultrasonido resultó que no eran piedras sino un bebé y que estaba a pocos minutos de dar a luz.
Ally a firma que no tenía ni idea de que pudiera estar embarazada. Sus periodos menstruales siempre habían sido irregulares, así que de vez en cuando se hacía pruebas de embarazo pero todas habían salido negativas.
“No tenía ningún síntoma, me sentía completamente normal así que no sospreché que estuviera embarazada", le dijo a la revista People. “Nunca tuve nauseas, ni cansancio, no subí de peso, NADA".
"Cuando el técnico de ultrasonido encontró al bebé y me dijeorn que estaba embarazada, entré en shock. Estaba aterrada. Yo no estaba preparada para ser mamá, mucho menos para dar a luz."
A Ally le hicieron una cesárea de emergencia, porque el bebé no estaba en la posición adecuada y porque la presión sanguínea de Ally estaba subiendo rápidamente y corría riesgo de morir.
“Los doctores y enfermeras me dijeron que estuve a punto de morir o de sufrir un derrame cerebral", dice.
Por suerte, todo salió bien y Ally dio a luz a un hermoso bebé a quien llamó Olvier.
“Siempre supe que quería ser madre, pero no tan pronto”, admitió Ally. “Una vez que pasó el shock, me emocioné mucho y mi familia también”.
Una vez que Ally y su Oliver salieron del hospital, ella se enfrentó a la realidad de no tener absolutamente nada preparado para la llegada de un bebé. Por suerte su familia y amigos estuvieron ahí para apoyarla.
“"Mi mamá me enseñó todo lo que debía saber d elos bebés... Mientras estuve en el hospital y durante los primeros meses mi familia y amigos me compraron todo lo que necesitaba, o me regalaron cosas que ellos ya no ocupaban.”
Todo esto ocurrió en diciembre de 2016. Ahora Oliver es un sano niño de dos años y Ally es más feliz que nunca. "Oliver ya habla y acaba de aprender la canción del abecedario. Es muy inteligente y no puedo imaginar mi vida sin él".
Con esta historia ya no queda duda de que cada cuerpo es diferente, especialmente en el embarazo.
via ActitudFem - Una comunidad versátil, para la mujer contemporánea https://ift.tt/2EQQGZC
Publicar un comentario