Todos queremos ser felices, el problema es que no siempre sabemos cómo o qué necesitamos para serlo.
Muchas veces creemos que la felicidad llegará cuando tengamos todo lo que deseamos (material e inmaterial), pero cuando todo eso llega nos encontramos con que ahora queremos más y PUM, dejamos de ser felices.
Pero ser feliz puede ser mucho más sencillo de lo que hemos creído toda nuestra vida. Al menos así lo plantea el psicólogo Dan Gilbert, especialista en temas relacionados con la búsqueda de la felicidad.
¿Cómo ser feliz?
Dan Gilbert explica que para ser feliz no necesitas más que cuatro cosas: placer sexual, actividad física, música y conexión humana.
Así que no, el dinero no compra la felicidad (aunque nadie niega que ir de compras sea bastante divertido). Según Gilbert la clave para un bienestar y felicidad duraderos es invertir en experiencias más que en cosas.
Otro elemento crucial para no ponernos el pie en nuestro camino hacia la dicha es no enfocarse en aquello que hemos perdido o que pudimos tener y al final no tuvimos. Es decir, volvernos resilientes ante la adversidad.
Para explicarlo, Dan toma como ejemplo al baterista original de los Beatles, que no era Ringo Starr sino pete Best. Pete dejó el grupo justo un año antes de que los Beatles se hicieran mundialmente famosos.
Sin embargo, haberse perdido de la fama y la fortuna no menguó la capacidad de Pete Best para ser feliz. Sin duda no tuvo el éxito que podría haber tenido, pero eso no le prohibió alcanzar su felicidad.
«Los seres humanos subestiman su propia resiliencia: no ven lo fácil que será cambiar su punto de vista del mundo si llega a pasar algo malo. Siempre sobrestiman su infelicidad ante alguna adversidad», explica Gilbert.
Así, la resiliencia actúa como una expecia de "sistema inmune de la mente"; esto es lo que permite que 75% de las personas puedan volver a ser felices aun después de vivir el peor taruma de su vida.
¿Es posible comprar la felicidad?
Ya mencionamos arriba que Gilbert dice que es preferible invertir en experiencias como viajes o momentos con amigos que en cosas materiales.
Sin embargo, también afirma que aunque el dinero no compra la felicidad tampoco la aminora. Lo que sucede es que pretender alcanzar la dicha a través de lo material es muy difícil, especialmente para las personas adineradas.
¿Por qué? Porque cuando uno es pobre un poco de dinero extra puede traer una gran felicidad (como cuando encuentras un billete olvidado en un pantalón jaja). Pero para los ricos la cantidad que deberían obtener para ser felices es inmensa.
Esto es más exacto de lo que suena. Según Gilbert, el punto en el cual una persona deja de ser feliz con el dinero son los 68 mil dólares por año. Una vez que alcanzas esa cifra es poco probable que ganar más te haga más feliz.
Una cuestión de química
Si lo vemos fríamente, la felicidad (al igual que el amor) no es más que un conjunto de reacciones químicas en nuestro cerebro.
Siendo así, la genética y hábitos básicos como una buena alimentación y suficiente actividad física juegan un papel crucial en alcanzar el bienestar en todos los sentidos.
Entre estos sencillos consejos también está pasar más tiempo con las personas que queremos y nos quieren, o sea, familia y amigos.
«Es un consejo un poco simple, y sin embargo es bueno. Somos el animal más social del planeta...por eso, es de esperar que la mayor parte de nuestra felicidad venga de las relaciones sociales».
¿Ser feliz te sigue pareciendo complicado?
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