El cuerpo humano, es de por sí un milagro, es capaz de someterse a condiciones extremas y las mujeres embarazadas son aún más resistentes de lo que parece. Tan sólo para cargar el peso de un feto, el cuerpo humano experimenta cambios sorprendentes para adaptarse.
Como muestra lo que ocurrió en República Checa con un bebé que nació pese a que su madre llevaba 4 meses fallecida a causa de una hemorragia cerebral.
Luego de este derrame cerebral, los médicos decidieron mantener en funcionamiento, de forma artificial, el cuerpo de Eva, la madre de este bebé, llamado Eliska, que se abrió paso a la vida pese a todos los pronósticos en contra.
Lo más sorprendente del caso es que el pequeño feto logró terminar su gestación con éxito pues logró superar los 2 kilogramos, multiplicando su peso casi 10 veces pues cuando Eva murió, Eliska sólo pesaba 250 gramos.
Fue en el mes de abril que Eva entró al hospital a causa de una hemorragia cerebral que se originó por una mala formación genética, lamentablemente ese mismo día ella perdió la vida pero los familiares decidieron salvar al bebé, manteniendo a Eva con respiración artificial junto a otros cuidados que hicieron posible la gestación.
‘El embarazo, a pesar de toda una serie de complicaciones increíbles, se desarrolló muy bien desde el punto de vista del niño. Como si no hubiera pasado nada’, aseguró Pavel Ventruba, jefe del Departamento de Ginecología y Maternidad.
El bebé de Eva, además fue tratado con mucho amor pues los médicos a su cargo le ponían música, hablaban con él y le daban masajes a la barriga de su madre.
Eliska nació por cesárea, pesó 2.310 kilos; midió 42 centímetros y aunque hubo complicaciones en el parto, el bebé nació sano y ahora está bajo el cuidado de su padre y de su tía.
‘Este caso es muy raro y entrará en los anales de la medicina mundial. Y confirma la gran fuerza de la vida humana naciente’, mencionó uno de los médicos.
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