Los cactus son unas de las plantas más fáciles de cuidar. Básicamente no necesitan nada más que sol y poquísima agua.
Aún así, sabemos que todas cometemos errores y quizá estás haciendo algo mal con tu cactus.
Si es el caso, tenemos el tip ganador para salvarlo de la muerte: solo necesitas mucho amor, paciencia y un poco de esfuerzo, lo demás depende del ambiente.
Puedes aprender de plantas viendo este video, ¡te ayudará mucho!
Muy bien, para salvar a un cactus necesitas identificar la causa del deceso (sí, aunque suene trágico). Muchos puedes morir por exceso de riego y otros por falta de éste.
Así que presta atención a los síntomas del cactus que quieres salvar.
Si tu cactus tiene partes arrugadas, marchitas y caídas es probable que le haga falta agua, así que... ¡riégalo!
Fíjate que la tierra donde lo tengas esté seca y riega de manera abundante. Deja que el agua que no necesita salga por el fondo de la maceta.
Corta las partes de la planta que estén podridas, aquellas de color marrón que hacen ver feo a tu cactus.
Si fue regado en exceso y la tierra está muy húmeda, ¡DEBES SACARLO! Cámbialo de tierra a una que esté medida (pregunta en un vivero cuál es la tierra adecuada para cactus).
Si el cactus se está volviendo estrecho y sus tallos son angostos con puntas agudas signfica que le falta luz directa, cámbialo de lugar para que pueda disfrutar de la luz solar.
Por otro lado, si la planta tiene partes amarillas deberás alejarlo del sol, pues está recibiendo demasiado.
Si tu planta no mejora después de unas semanas, deberás cortar las partes dañadas.
Utiliza tierra adecuada para un cactus, así que pregunta en el vivero más cercano cómo debe ser ésta.
Riega tu planta cada vez que la tierra esté seca por completo, puedes introducir tu dedo un par de centímetros para saber el estado de la tierra.
La forma de riego cambia dependiendo la temporada, así que seguramente en invierno deberás disminuir la frecuencia de éste.
Por último, cambia la maceta dependiendo del tamaño que tenga, cuando lo hagas, corta las raíces secas (éstas suelen pudrirse con el paso del tiempo).
Ahora sabes cómo salvar a un cactus, así que no dejes morir al tuyo, ¡aún tiene solución!
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