Los años pasan para todos y el envejecimiento no solo se presenta en forma de arrugas o sequedad de la piel, sino también en factores internos, como la fragilidad de los huesos, el empeoramiento de la visión o el declive de las funciones inmunitarias (inmunosenescencia). La importancia de vacunarse de enfermedades que aparecen con mayor frecuencia en personas que superan los 50 años no radica en evitar el deterioro natural del cuerpo humano, sino en la protección de este contra patologías que afectan al sistema inmunitario, como, por ejemplo, el herpes zóster (HZ), una enfermedad infecciosa causada por la activación del virus de la varicela zóster. ]]>
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