Parece inevitable compararse todo el tiempo con los demás, el sentimiento va en aumento cuando abres tu Instagram, o el Facebook donde todos comparten sus miles de experiencias al día. En esas plataformas, hasta ir a la tienda de la esquina parece una aventura de colores sepia, marcos y letras fluorescentes.
No te sientas mal, un estudio de la revista Cyberpsychology, Behavior, and Social Networking encontró que el uso de estas plataformas fomenta una baja autoestima y perjudica la salud mental.
O sea que no eres la única que desea la vida de otros sólo porque la foto de su comida se ve mejor que tu subway. Se trata, obviamente, de un juego de pretensiones. Todo puede ser deseable si le sabes aplicar los filtros de “belleza” y de “confianza”.
La mala noticia es que estas fotos van a seguir existiendo y los “estados” de felicidad de tus amigos seguirán actualizándose. Quien sí puede cambiar su percepción de la vida es aquella persona que se compara invariablemente con los demás.
1. Desapego de las redes
Aléjate de las redes sociales por un momento, deja de seguir a aquellas personas que te hacen sentir menos. La idea es que te expongas menos a la comparación masiva.
2. Compárate contigo misma
En lugar de compararte con otros, compara tu situación hace unos días con la de hoy. ¿Te sientes mejor? ¿Has tenido nuevos logros? ¿Algo te hizo sonreír más? La idea es que tú estés bien con lo que produces.
3. Concéntrate en tu vida
Parece lógico, pero a veces se nos olvida. No podemos cambiar la vida de otros, solo la nuestra. Y, por supuesto, más vale invertir tiempo en nosotras mismas que en los demás.
4. La comparación no siempre es mala
No siempre es malo compararse, siempre y cuando esto no se vuelva una obsesión ni una limitante. Puedes compararte de manera positiva, por ejemplo, si te propones viajar tanto como alguna amiga.
5. Agradécete
En el instante en el que comienzas a compararte con alguien, puedes poner un freno pensando en algo que sí tienes, algo que te hace sentir orgullosa, algo en ti que te motive. Te sentirás más contenida y con menos deseos de compararte.
6. No idealices
Antes de comenzar a decir “Fulanita tiene más (nalgas, amor, dinero, ropa, zapatos) que yo”, cambia la frase por ““Fulanita tiene más de esto que yo, pero no conozco el resto de su vida. Seguramente tendrá sus propias luchas personales”. Recuerda que todos tienen obstáculos que pasar y nadie es perfecto.
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