Todo lo que siempre quisiste saber sobre hacerte un piercing en los pechos


Mi amor por los piercings comenzó cuando a los 16 años decidí hacerme el primero. Me puse una argolla en la nariz y desde ahí no pude parar. Con el tiempo decidí experimentar con otros que no eran tan comunes hasta que finalmente me armé de valor para perforarme el pezón.

 

Realmente no lo hice por ninguna razón más que por curiosidad quería saber cómo se sentía y por supuesto, cómo se veía.

 

Cada que le cuento a mis amigas sobre que tuve un piercing en el pezón las preguntas suelen ser las mismas o casi, por ello que quise escribir sobre las preguntas que siempre me hacen:

 

¿Duele?

Si dijera que no duele estaría mintiendo, pero digamos que es bastante soportable. Realmente lo único que duele es cuando la aguja atraviesa tu piel, pero es algo que se pasa ‘rápido’. Recuerdo que cuando salí del lugar donde me lo hice, no sentía dolor, pero sí un cosquilleo algo intenso en la zona. Por alguna razón que no recuerdo intenté correr y fue ahí cuando comenzó a dolerme no solo alrededor del pezón sino todo el pecho. Las molestias desaparecieron esa misma noche.

 

¿Cuáles son los cuidados?

Un piercing en el pezón sí requiere un poco más de cuidados que un piercing en cualquier otra parte del cuerpo. De cajón te dicen que no puedes tocarlo, y que únicamente puedes lavarlo (cuando te bañes) con jabón neutro y agua tibia. También tienes que evitar a medida de lo posible evitar que se enrede en la ropa o en el cabello, pues puede tardar mucho más en cicatrizar.  

 

¿Puedes tener sexo?

Con esto, los piercers son muy específicos. Por al menos un mes, no puedes recibir sexo oral en los pechos, ya que la saliva contiene muchas bacterias que pueden infectar tus pezones. Algo más para tener en cuenta es que si vas a tener sexo, intenta no hacerlo muy rudo (puede dolerte).

 

¿Qué cosas no puedes hacer?

Puedes hacerlo todo, excepto recibir sexo oral en los pechos o hacer movimientos muy bruscos. 

 

¿Por qué me lo quité?

Solo duré 3 meses con mi piercing porque se me enredaba con el cabello y el dolor era brutal. Era eso o cortarme el cabello, así que decidí deshacerme del piercing.

 

¿Lo volvería a hacer?

Definitivamente sí, pues tener un piercing en el pezón me cambió muchísimo la vida, en especial, en el aspecto sexual. Además de que me sentía súper sexy con un piercing en el pezón, recuerdo que las sensaciones se intensificaron, así que definitivamente es alfo que definitivamente lo volvería hacer.  

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