Mi ex me buscó pero no sé si se siente solo o de verdad me extraña. Después de pensarlo un rato llegué a la conclusión de que en realidad no me echa de menos.
La verdad es que han pasado varios meses desde que hablé con él la última vez. Desde luego el último mensaje se lo envíe yo y le hice saber que quería que pasaramos más tiempo juntos.
Nuestra historia es algo complicada. Hemos estado juntos durante varios años y cuando las cosas empiezan a ir increíble entre nosotros, él simplemente se aleja y de pronto no vuelvo a saber más de él.
Y no es que se vaya de forma repentina. Siempre surge algo: un inconveniente, una discusión o un malentendido. Al principio los distanciamientos fueron días, después semanas y en última instancia han sido meses.
La última vez que tuvimos una discusión, pasaron dos meses para que volviéramos a hablar. Incluso pensé que ese sería el fin de nuestra relación pero no fue así.
Tomé la iniciativa, lo busqué y para mi alegría él también estaba dispuesto a intentarlo. Nuevamente salimos y nuestra relación iba mejor que nunca pero de pronto ya no contestó mis mensajes a pesar de que no hubo una discusión anteriormente.
Ya no le escribí más. Interpreté su silencio como la forma que él encontró para decirme todo. Para mí fue más que obvio que ya no quería estar conmigo. Después de todo, cuando alguien se marcha sin decir nada, debe ser porque está con alguien más o simplemente no le importas.
Mi ex me buscó porque se siente solo
Esta vez asumí todo esto muy rápido. Me sentía triste pero también tranquila. Añoraba los tiempos felices que había pasado junto a él pero también valoraba más que nunca la paz que había encontrado.
Repentinamente todas las personas tuvimos que quedarnos en casa, un virus letal amenazaba con colapsar todos los sistemas de salud en el mundo. Así que me quedé en casa, acompañada de mí misma.
Terminé de leer algunos libros que tenía pendientes, comencé a hacer ejercicio y como muchas otras personas empecé a pasar tiempo de calidad conmigo misma. Me consentía con regularidad: horneaba galletas y pasteles, me quedaba hasta tarde viendo películas y también pude dormir más tiempo, como hace mucho no ocurría.
Todo era maravilloso, hasta que mi ex me mandó un mensaje bastante extraño en la madrugada.
Mi ex no me ama y yo estoy bien con eso
Un día antes había preparado piñas coladas y margaritas para mí, me acosté tarde porque estuve escuchando música y bailando.
Al día siguiente me sorprendió mucho ver el mensaje de mi ex. En realidad no decía nada, era más bien un mensaje confuso.
Me sentí muy enojada: ¿por qué después de tanto tiempo decidió escribirme? ¿por qué, ni siquiera, tuvo el valor de ser claro en su mensaje? y sobre todo ¿qué le hacía pensar que podía arrebatarme la paz cada vez que a él le viniera en gana?
En ese momento lo entendí todo. Él no me extrañaba, él sólo necesitaba reafirmar, a través de la forma en la que yo lo hacía sentir, que aún era importante para mí porque él siempre fue un egocéntrico que disfrutaba de mi dolor.
Por fortuna, yo me encontré conmigo misma y ahora no lo necesito. Ahora sé que prefiero la calma por mucho que su tormentosa forma de amarme.
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