Durante siglos nos han hecho pensar que el sexo y el amor van juntos, incluso que son casi la misma cosa.
Como adolescentes lo creímos, pensamos que así sabríamos "cuando estábamos listas", y por una parte era cierto. Antes de tener las herramientas emocionales puede resultar complicado.
Pero olvidamos que el sexo puede disfrutarse también sin la parte afectiva: por el mero placer de descubrir nuestro cuerpo y disfrutar de él.
Si bien es necesario protegernos de enfermedades de transmisión sexual (como también lo haríamos con alguien a quien amamos), quitar el componente del amor puede liberarnos de formas insospechadas.
Durante años creí que sólo debía tener sexo con las personas de quienes podía enamorarme. Limité mi sexualidad a encuentros con personas con quienes también tenía cierto cariño.
Hasta que un día descubrí que esto me ponía en una posición más vulnerable, pues en efecto era fácil enamorarme de esas personas. No podía separar la parte del goce sexual del afecto, de querer algo más.
Y en realidad no fui a la única a la que le pasó.
Mientras los hombres descubren a una edad temprana que pueden disfrutar de encuentros casuales con mujeres con quienes sienten sólo cierta atracción, a nosotras se nos dice lo contrario.
Es así como empezamos a creer que "no les gustamos tanto", y muchas veces esto nos provoca inseguridades o no nos permite establecer otro tipo de relaciones mucho más casuales, que sean únicamente por el placer de disfrutar.
Y es claro algo: cuando amamos a alguien, cuando estamos en una relación en la que compartimos mucho más que sólo sexo, todo toma otro tinte. Es entonces cuando se vuelve perfecto.
Pero no tenemos que esperar a que suceda esa magia para disfrutar de nuestro cuerpo.
Disfrutar del sexo y de nuestro cuerpo, nos permite también conocernos mejor. Incluso puede hacer más placenteros los encuentros futuros en los que también esté involucrado el amor.
Cada una de nosotras tiene en sus manos el poder de decidir cuántas parejas sexuales tendrá en la vida y lo que significarán esos encuentros.
Pero limitarlo a hacerlo sólo con las personas a quienes amamos, puede quitarnos la posibilidad de disfrutar a cabalidad de nuestro cuerpo, de descubrirnos, de sentirnos deseadas y de aprender a conocernos.
A veces olvidamos que, al igual que otras tantas cosas, disfrutar de orgasmos más placenteros y de mejores encuentros sexuales también es cuestión de práctica.
via ActitudFem - Una comunidad versátil, para la mujer contemporánea https://ift.tt/32CweJC
Publicar un comentario