La semana pasada los creadores del live action de Scooby Doo y Scooby-Doo Mystery Incorporated hicieron una revelación muy interesante acerca de uno de los personajes de esta serie animada.
Resulta que Velma Dinkley, la chica brillante de este equipo dedicado a resolver misterios, originalmente era una mujer abiertamente homosexual.
Pero como eran los 90, los productores decidieron que meter a un personaje lésbico no era muy "familiar" que digamos y mejor obviaron ese detalle y le dieron a Velma un novio: Shaggy.
Ahora, lo interesante de esto no es solo que a Velma le gustaran las mujeres (o Daphne en particular), sino que todas las reacciones que esto causó en las generaciones que veían este programa.
Y es que varios de los comentarios demuestran por qué salir del clóset es tan tremendamente difícil, incluso si eres una caricatura.
"No soy homofóbica, pero..."
Buena parte de los comentarios tenían este tono de tía conservadora que asegura que "no tienen nada contra los gays", claro, siempre y cuando no se le acerquen.
Son todas estas personas que creen que mostrar a dos hombres o mujeres besándose es "meterle la orientación sexual a la fuerza" a los niños. Pero si son hombre y mujer está bien porque es "normal".
Por cierto, esas son las mismas personas que menosprecian la inteligencia de los niños diciendo que a esa edad (¿cuál? quién sabe) ellos no tienen idea de lo que ven y no entienden.
No tía, sí entienden y muchas veces lo hacen mejor que varios adultos. Por eso es importarle que desde pequeños sepan que el amor viene en muchas formas y colores y todas son igual de bellas.
"Ay y por qué lo dicen hasta ahorita"
Este tipo de gente es la misma que cuando alguien sale del clóset después de los cuarenta dice que "ya para qué. Como si hubiera una edad límite para decir "soy gay, lesbiana, bisexual o trans".
Claro, pensado desde la lógica de la gente cis heterosexual, suena muy fácil, porque ellos jamás les ha pasado por la cabeza reunir a sus padres o amigos para decirles "soy heterosexual".
Pero para la comunidad LGBT+ es una experiencia crucial de aceptación y liberación ante los círculos más cercanos.
Es enfrentarse a un posible rechazo, a los prejuicios incluso a la violencia o al exilio por parte de la familia, los amigos o compañeros de trabajo.
Y no importa si se tienen 15 años como Velma, 40 o 90, cualquier momento y cualquier edad siempre será la indicada para vivir en libertad.
"Lo que importa es el personaje, no su orientación"
Finalmente, había otros más que decían que esta aclaración sobre Velma era irrelevante, porque no era el rasgo principal del personaje.
Lo más importante de ella era que era la más lista del equipo, y que era la que casi siempre terminaba por resolver los misterios. Si le gustaban los hombres o las mujeres daba igual.
Y si tan solo se pudiera aplicar la misma lógica a los seres humanos. Pensar que somos mucho más que con quien nos vamos a la cama, tal vez las cosas no serían tan difíciles para la comunidad LGBT+.
El asunto es que no es así, que en el mundo real a la gente se le sigue agrediendo o negando derechos como el matrimonio o la adopción únicamente por su orientación sexual.
Y por eso sigue siendo importante que los personajes que vimos en nuestra infancia como Velma representen a toda la diversidad sexual.
Porque hacerlo es un acto de esperanza para quienes siguen dentro del armario, una forma de sentirse verdaderamente representados en las series, caricaturas y películas que vimos al crecer.
Y sí, ojalá en un futuro no importe si una person se declara lesbiana, asexual, pansexual o trans. Ojalá nadie enfurezca ni se rasgue las vestiduras diciendo que "la moda de la inclusión" vino a arruinar su infancia.
Pero mientras no sea así, seguiremos celebrando a Velma, a Bob Esponja, a Ryan y a todos esos personajes que se asuman como parte del arcoiris. Y ojalá vengan muchos más.
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