5 valiosas lecciones sobre ser mamá que nos dejó 'Madre solo hay dos' de Netflix


Además de las risas, Madre solo hay dos de Netflix también nos dejó varias lecciones sobre la maternidad.

Más allá de si nos gusto o no, y de la campaña que se ha emprendido en contra de esta nueva serie mexicana, es innegable que nos hizo pensar sobre qué significa realmente ser madre.

Y también entender todo lo que viene con ello: desde los momentos felices hasta los problemas, las dudas y las crisis exitenciales.

Por eso, en lo que esperamos la temporada 2 de la serie, en esta nota hemos reunido cinco valiosas lecciones sobre ser mamá que nos dejó la historia de Ana y Mariana en Madre solo hay dos.

1. Nada será como lo planeas

No lo decimos solo por el que te cambien a tu hija en el hospital (que sinceramente, qué pesadilla), sino porque cada embarazo y cada hijo es diferente.

Esto hace prácticamente imposible tener un plan que funcione al cien por ciento, tanto si eres madre primeriza como Mariana, como si ya has tenido hijos como Ana.

2. La crianza también es colectiva

La serie muestra muchas realidades de la crianza

Teresa es madre soltera y sacó adelante a su hija completamente sola. Ana es una madre trabajadora, que se apoya de una empleada para el cuidado de sus hijos.

Mariana, a pesar de no tener una relación amorosa con Pablo, el padre biológico de su hija, permite y desea que él forme parte de la vida de Valentina.

Y por supuesto está la red de apoyo que se teje una vez que Ana y Mariana comienzan a vivir juntas, a compartir sus conocimientos, dudas y temores sobre la maternidad. 

3. Ser mamá no te hace mejor ni peor profesionista

Ana, a pesar de ser una gran ejecutiva y una excelente estratega, también es víctima de los prejuicios que caen sobre ella solo por ser mamá.

Cosa que se hace bastante palpable cuando acude a la cena con los potenciales socios y se enfrenta a una serie de comentarios sobre las "desventajas" de contratar a una mujer que quiere ser madre.

Cuando no es así, cuando el enfocarse en la carrera, dedicarse a ser ama de casa, o equilibrar ambas son decisiones igualmente válidas.

Y ninguna nos hace mejores ni peores madres, profesionistas o mujeres.

4. La confianza es clave

Esto aplica no solo para con los hijos, sino en general. Todas las relaciones de la serie que terminan en conflicto es porque se rompe el pacto de confianza entre ellas.

Mariana no confía en su madre después de todas las cosas que le ocutló sobre su pasado, su padre y su relación clandestina con Juan Carlos.

Juan Carlos deja que Ana se eche la culpa del fin de la relación a causa de su infidelidad, cuando él también la engañó mucho antes y jamás se atrevió a confesarlo.

Y Ana al final de la temporada tampoco confía en Mariana tras descubrir que ella sabía del encuentro entre su mamá y Juan Carlos y no se lo dijo.

5. La maternidad no es perfecta, pero es maravillosa

Por más que quisiéramos, no hay un manual sobre cuándo o cómo ser madres. Es algo que se aprende sobre la marcha.

Tampoco es un camino fácil, está lleno de tropiezos y preguntas que no siempre encontramos cómo resolver.

Pero lo cierto es que, aunque no es de cerca tan ideal o hermoso como nos lo han pintado, la maternidad, cuando es deseada y ejercida desde el amor y el cuidado, puede ser maravillosa.

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