Se lucha pero no se ruega.
Esa es la lección que aprendà contigo. Mucho amor, muchas ganas de que las cosas salieran bien, pero tampoco iba a rogarte.
La quÃmica es muy importante en las relacones, pero también la voluntad. Las cosas no funcionan porque sÃ, los dos debÃamos poner de nuestra parte.
Yo quise que pusieras de tu parte, que lucharas por lo nuestro con tanta fuerza como yo, pero no quisiste. Y ahà cometà el error, en vez de irme enseguida, me quedé.
Me quedé a rogarte, a pedirte que lucharas por algo que, la verdad, no te interesaba. Solo querÃas que fuera fácil y si no, ahà le dejabas. Y yo te insistÃ.
SentÃa todos los dÃas que perdÃa mi dignidad, pero querÃa estar a tu lado. Ese error no lo vuelvo a cometer. Me perdiste el respeto tú y me lo perdà a mà misma, y para qué.
Ahora ya sé que nunca dbeo estar en un lugar donde no me quieran, donde luchar por mà no es la opción, donde me obligan a sentir que debo rogar.
Después de todo te agradeco por esa lección. Pero no me vuelvas a buscar.
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