A veces bromeamos con tener un alma oscura, o un corazón frío o de plano, decimos que ya ni sentimientos tenemos, porque la vida nos ha hecho así, pero de eso a que de verdad estemos desequilibradas hay un largo tramo, ¿o no?
Quizá nunca lo habías pensado, pero podrías ser una psicópata en potencia y podrías descubrirlo con este breve acertijo.
¿Quieres saberlo? Aquí va:
Durante el funeral de su propia madre, una mujer conoce a un hombre al que nunca antes había visto. Ella piensa que el tipo es increíble, el hombre de sus sueños, y está bastante segura de que él podría ser el amor de su vida. Sin embargo, ella no le pregunta su nombre ni le pide su teléfono y cuando termina el velorio, por más que lo intenta, no puede localizarlo. Unos días después, ella mata a su propia hermana.
¿Por qué lo hizo?
Si la respuesta que te viene a la mente es alguna variación que incluya celos y venganza, porque la mujer descubre que su hermana ha estado viendo al hombre a sus espaldas, entonces estás libre de ser una psicópata.
Pero si tu primer pensamiento como respuesta a este acertijo es “porque esperaba que el hombre asistiera al funeral de su hermana también”, entonces, según algunas explicaciones, tienes las cualidades que te califican para ser un asesino a sangre fría.
Pero también un capitán de la industria, un cirujano sin nervios, un recluta para la fuerza militar, o que bien podrías convertirte en un vendedor que gana muchas comisiones, un abogado que siempre gana, un clérigo carismático o un periodista de chismes.
La pequeña parábola pretende revelar cualidades como una ausencia de emoción en la toma de decisiones, un enfoque frío en los resultados, una lógica extremadamente despiadada y egocéntrica, las cuales tienden a aparecer en grados desproporcionados en todos esos individuos.
Así que no te preocupes, tu “sangre fría” no es sinónimo de que seas una psicópata.
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