“El amor a uno mismo es el comienzo de un romance que dura toda la vida.”
Oscar Wilde
No es sencillo aprender a quererse. A mí me tomó varios años comprender que el primer deber que tiene el ser humano es quererse a sí mismo. El amor propio es manufactura local y es responsabilidad de cada una generar una relación positiva con una misma. Pero no es sencillo.
Crecimos en una cultura en la cual nos enseñaron a ser mujeres bonitas y serviles para conseguir marido. Nos inculcaron a ser bondadosas, generosas y amorosas, pero con los otros, no con nosotras mismas. Además, es mal visto y se considera como petulante el solo hecho de elogiarse a sí misma. El egoísmo es condenado, al parecer es inmoral pensar en una misma antes que en los demás. No podemos pasar por alto que nuestra sociedad enaltece la belleza física y rechaza la fealdad. Y, por último, somos una sociedad consumista en donde se han impuesto los conceptos de éxito y felicidad.
Inmersas en este entorno, quererse a sí misma puede resultar complejo. Para lograrlo, es necesario que te enamores perdidamente de ti y aprendas a cuidarte, protegerte, respetarte y sobre todo reconocerte sin la necesidad de la aprobación de los otros.
Ese enamoramiento que debes tener contigo misma no es egolatría. Es la genuina capacidad de reconocer, sin temor o vergüenza, que eres un ser imperfecto con virtudes, defectos, fortalezas, aflicciones, deseos y frustraciones. Cuando logras aceptarte a ti misma a través del auto-conocimiento se genera amor propio, crítico para ser una mujer con inteligencia emocional.
Si te quieres a ti misma, te percatas que ninguna se salva de equivocarse, que el aprendizaje en el hombre es a base de ensayo-error y, además, que nadie está llevando registro de tus fracasos. Aprendes a ser compasiva contigo misma y distingues la diferencia entre decir: “Actué de manera torpe” y “Soy una mujer torpe”. Comprendes que las únicas expectativas que deseas alcanzar son las propias.
La importancia de quererte a ti misma radica en que eres la única persona que estará a tu lado hasta el último respiro y, por lo tanto, la relación y aceptación que tienes contigo misma son las más importantes en tu vida. De lo único que somos dueñas es de nosotras mismas.
Cuando aprendes a quererte a ti misma, tu vida se vuelve más amigable y saludable. Cuando tienes amor propio, la posibilidad de establecer relaciones de confianza, hermosas y perdurables es muy alta, al igual que la capacidad de rechazar gente y relaciones tóxicas. Cuando te amas, eres capaz de defender tu individualidad, así como de disfrutar tu compañía sobre la de cualquier otro.
Si logras enamorarte de ti misma, serás una mujer auténtica y podrás gozar de relaciones sanas con tu pareja, tus hijos, tu familia, tus amigas, tus colegas. No puedes olvidarte de ti sin importar todos los roles que nos han sido impuestos para ser consideradas como mujeres de bien. Antes de ser leal con los demás, deber ser leal contigo misma y no debes permitir procurar el bienestar de otro antes que el tuyo. Cuando te quieres a ti misma, entiendes que es fundamental cuidar la salud física, emocional, mental y sexual para lograr una relación amorosa contigo misma.
Para lograr ese amor propio debes ser paciente y permisiva contigo misma. No seas tu peor juez, de nada sirve ser dura contigo misma. Debes generar pensamientos positivos en todo momento y evita compararte con las demás. Escucha tu voz interior y con templanza busca convertir tus sueños en realidad. No te olvides de vivir por estar prestando más atención a los demás y a lo ajeno.
Sinfín de razones pueden causar una baja autoestima, por lo mismo, no es posible establecer una fórmula universal que genere amor propio. Es una labor propia y continua. Tener una baja autoestima puede arruinar tu vida por completo, pero si logras amarte a ti misma serás una mujer plena que vivirá en total libertad.
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