Las historias de amor también tienen un lugar en el mundo del narcotráfico. Según vemos en Narcos: México, Rafael Caro Quintero, interpretado por Tenoch Huerta vivió un peculiar romance con una mujer que parecía inalcanzable: Sofía Conesa (Tessa Ia), una mujer berrinchuda, pero capaz de arriesgar todo por su amor con el capo de la droga.
Peeero, ¿ella existió en la vida real o tan solo fue creada para dar sabor a la trama? Digamos que un poco de ambas, Sofía Conesa está basada en Sara Cosío, la novia de Rafael Caro Quintero, a quien por su galantería le llamaban ‘El Príncipe’.
Sara Cosío Vidaurri Martínez, pertenecía a una de las familias más poderosas de Guadalajara, hija entonces del secretario estatal César Cosío y sobrina del ex gobernador de Jalisco, Guillermo Cosío Vidaurri, uno de los diez gobernadores en la historia mexicana que han renunciado a su cargo por la misma demanda ciudadana, mientras que Caro Quintero era un insipiente traficante, pero con el dinero y la ambición suficiente para entrar a los círculos más exclusivos.
No está claro cómo se conocieron pues ni Caro Quintero ni la misma Sara quisieron hablar de su amor, pero se cuenta que sus personalidades eran muy similares, ambos eran caprichosos, berrinchudos y acostumbrados a que las cosas se hicieran a su manera. La única diferencia era que él peleaba por un lugar en la alta sociedad, que a ella siempre le había pertenecido.
Su relación no fue aprobada por su familia, de forma que el capo enviaba costosos regalos, entre ellos, autos de lujo, que, al ser rechazados, Quintero chocaba supuestamente. Pese a ello, continuaron su relación pero en 1985, con el asesinato del agente de la DEA, Enrique ‘Kiki’ Camarena, las cosas cambiaron.
Caro Quintero fue acusado de ordenar el homicidio de Camarena y del piloto Alfredo Salazar, lo que lo llevó a huir de México… con todo y Sara. Su familia reportó a Sara como secuestrada por Quintero, pero la realidad era que huyeron juntos a una finca en la Quinta La California dentro de la comunidad de San Rafael de Ojo de Agua en Alajuela en Costa Rica.
El 2 de abril Sara se comunicó con su familia para decirles que estaba bien y que se ha ido por voluntad propia, sin embargo, no contaba con que los teléfonos habían sido intervenidos por la policía.
La versión más conocida de los hechos, señala que cuando autoridades irrumpieron en el escondite Sara lo defendió al gritar “¡Yo lo amo!”, pese a ello fue capturado y cumplió una condena de 28 años de prisión. Después la PGR lanzó otra orden de aprehensión contra Caro para ser extraditado a Estados Unidos, sin embargo, huyó y hasta la fecha nadie sabe de su paradero.
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