Cuando una relación termina no lo hace de un día a otro; a lo largo del camino hay señales que indican cómo todo se va deteriorando. El problema es que no siempre las queremos notar.
Un día lluvioso en Nueva York, la más reciente película del polémico director Woody Allen, justo aborda esas relaciones que a todas luces son forzadas pero los involucrados parecen ser los únicos que no se dan cuenta.
La trama sigue a Gatsby Welles (Timothée Chalamet), un joven adinerado resentido con su clase social, y a su novia Ashleigh Enright (Elle Fanning) en un estrepitoso viaje a Nueva York.
Gatsby planea todo un itinerario para mostrarle a su novia sus lugares favoritos de la Gran Manzana, pero la ciudad tiene otros planes: hacer evidente (más) que su noviazgo está destinado al fracaso.
Pero la relación de los protagonistas no es la única deteriorada por la rutina y el tiempo, también lo es aquella entre el propio Woody Allen y su cine; deterioro que se venía anunciando desde cintas anteriores como Wonder Wheel (2017).
Y es que todo en A Rainy Day in New York resulta predecible: la diferencias entre los protagonistas, las complicaciones en sus planes y hasta el final feliz que tan cómodamente nos regala.
Claro, los grandes temas de Allen están ahí: Nueva York, la nostalgia, la burla a las clases altas y el amor; pero todo superficial, complaciente, casi perezoso.
Es como si se tratara de un imitador y no de la mente brillante que alguna vez hizo Annie Hall (1977). Un Woody Allen que se escuda en celebridades como Selena Gomez, Jude Law y Diego Luna para ocultar una historia endeble.
Tal vez Woody Allen, sin quererlo, se ha convertido en Gatsby Welles, un hombre talentoso que no se ha querido dar cuenta de que la relación en la que está simplemente no da para más.
'Un día lluvioso en Nueva York' se estrena este viernes en la Cineteca Nacional y el 29 de noviembre de 2019 en salas comerciales.
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