Me dijo que fuéramos amigos y me rompió el corazón


Hace unos días les contamos qué es un softboy y por qué son tan peligrosos. Ahora, les voy a contar la historia de cómo un softboy me rompió el corazón con esas tácticas.

Yo acababa de salir de una larga relación con el que fue mi primer amor y empezaba a salir con otros chicos, ir a fiestas con amigas, y en general, intentar encontrarme a mí misma.

En una de esas fiestas me encontré a Juan (obvio no se llama así, pero protejamos su identidad). Juan y yo fuimos nos conocíamos de la universidad, aunque nunca fuimos muy cercanos. Era más bien como un amigo de mis amigos con el que me llevaba bien, pero siempre en grupo, y en quien no pensaba hacía muchos años.

Cuando lo vi en la fiesta lucía diferente, adulto. Conversamos un rato, me dijo que le encantaría que nos siguiéramos viendo y me hizo mucho hincapié en que 'como amigos', él quería que fuéramos amigos.

La idea me pareció bien, un nuevo amigo, tampoco era que estuviera lista para enfrascarme en una relación de pareja y la verdad es que con él podía hablar de todo.

Al día siguiente de la fiesta me empezó a escribir y continuó haciéndolo a diario, siempre iniciando él la conversación, siempre preguntando mi opinión, siempre queriendo saber más de mí y de mi mente. 

Yo estaba asombrada, y como ya me gustaba físicamente, poco a poco se fue convirtiendo en mi crush. Pero, él me había dicho que fuéramos solo amigos, y yo quería respetarlo.

Un día, a las semanas de hablar a diario, me invitó a su estudio (es fotógrafo) a tomar unas cervezas y ver una película. Mientras veíamos el documental, me preguntó si podía abrazarme y yo, asombrada, le dije que sí. Error.

El abrazo no fue uno de los amistosos que nos dábamos siempre que nos veíamos, fue más bien sensual, y del abrazos pasamos a los besos, las caricias. Yo le pregunté si estaba seguro d elo que estábamos haciendo (ja, todavía preocupada por sus sentimientos).

En cuanto terminanos, me di cuenta de que había sido un error. Él se puso raro, me dijo que de verdad quería que fuéramos solo amigos, que no quería herir mis sentimientos y que lo que habíamos hecho no estaba bien, pero no se había podido resistir a mi belleza (otro JA para mí).

De nuevo le creí, volvimos a ser amigos sin contacto físico, aunque él me seguía escribiendo a diario, como si nada. Lo de esa noche se volvió a repetir tres veces más, y siempre me ponía un pero, diciéndome que era un error, que lo que él quería er que fuéramos amigos.

Yo lo justifiqué las primeras dos veces, pero esa vez no pude más. Le dije que estaba abusando de mí y mis emociones hacia él, emociones que él había cultivado al hablar conmigo a diario, al escucharme, al entenderme, y también al confiarme sus cosas.

Estaba tan enojada cuando me di cuenta de cómo estaba jugando conmigo que ni lloré. No nos volvimos a acostar, aunque a veces seguíamos hablando y de repente, sin que me diera cuenta, ya hablábamos a diario de nuevo.

Le puse un alto, y ahí sí lloré. Le dije que, por si no le había quedado claro, yo me estaba enamorando de él y no era justo lo que me hacía. Él me pidió disculpas y le tuve que decir que no me hablara más.

Hasta el día de hoy me duele mucho esto tanto por lo emocional como por mi orgullo, porque yo, que siempre fui tan lista para los fuckboys, caí directito en las garras de un softboy.

via ActitudFem - Una comunidad versátil, para la mujer contemporánea https://ift.tt/3f6OXAg
Etiquetas:

Publicar un comentario

[blogger]

MKRdezign

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Con la tecnología de Blogger.
Javascript DisablePlease Enable Javascript To See All Widget