Querida nieta, qué bueno verte crecer.
Es como volver a vivir la vida desde el principio, en otro tiempo, pero con más sabiduría y más madurez, con más paciencia y con más alegría.
Qué privilegio entrar en tu mundo, acompañarte mientras descubres esas cosas sencillas que para nosotros se dan por sentadas y que a ti te asombran.
Veo cómo presionas un botón, escuchas la música y tus ojos se abren, presionas otro y ves que se enciende la luz y te quedas boquiabierta, descubres que algunas flores tienen aroma y saboreas la comida.
Aprender a ver las cosas con tus ojos y compartir tu asombro por los últimos descubrimientos me hacen redescubrir el valor de los pequeños gestos de cada día y de lo que nos rodea.
De la luz del sol que entra al abrir una ventana, de los gatitos ronroneando, de un panqué recién horeado... has hecho que vuelva a descubrir el mundo con otros ojos.
Acompañarte en las distintas facetas tu la vida, desde los primeros pasos hasta las primeras palabras, hace que seguir aquí sea aún más importante para mí, porque algún día fui como tú, algún día di esos mismos pasos inciertos por la emoción de descubrir cosas nuevas y que me han hecho ser quien soy.
A través de tus ojos puedo ver el futuro, el mundo que se abre ante ti; a través de los míos puedes ver el pasado, el camino que he recorrido y las experiencias que te puedo transmitir.
Querida nieta, es lindo recorrer este camino juntas, de mi parte te puedo decir que te enseñaré a descubrir la belleza, a ser resiliente y el valor de las cosas sencillas que nos rodean y que damos por hecho.
Tu abuela que te ama
Crédito fotos: iStock
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