Querida hija mía,
una de las cosas que he aprendido en la vida y que quisiera compartirte es la sanadora sensación de aprender a decir no.
Hija, si en algún momento de tu vida quieres sanar la relación contigo misma, aprende a decir no.
Aprende a decir no sin sentir lástima de ti misma, sin pedir la compasión de los demás. Esta carta es para ti en todas tus facetas, en todas tus versiones.
Debes aprender a decir no a tus miedos, a esa niña obediente que fuiste, a la mujer silenciosa, a la profesional incansable, a la eterna seductora, a la perfeccionista, a la persona que se satisface porque valora a los demás mucho más que a sí misma.
También dile que no a esa versión tuya que es la amiga que siempre sacrifica su tiempo sin recibir nada a cambio, y a la madre que lo tiene todo bajo control.
Aprende a decir no sin sentirte culpable, sin miedo a dejar de ser amada o apreciada, sin sentir la necesidad de justificarte por cada gesto, por cada palabra, por cada elección...
Aprende a decir no porque a veces lo necesitas y porque es tu derecho también.
Aprende a decir no para liberarte de la carga de los demasiados "sí" para poner orden al caos.
Aprende a decir no para que tu cuerpo, tu mente y tu espíritu tomen un descanso.
Aprende a decir no de vez en cuando para que puedas comprar eso que quieres o necesitas.
Pero sobre todo, aprende a decir no para sanarte y retomar el vuelo que tal vez habías comenzado a perder.
Crédito fotos: iStock
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