Se sabe que “Emily in Paris” no es la serie más realista del mundo -y por eso es tan criticada-, pero bien que a los usuarios de Netflix les encanta verla por la trama (cof, cof, los hombres), el vestuario que usa Lily Collins (Emily Cooper), la fantasía y obvio el romance que se respira en la capital francesa. Pero, ¿sabías que existe un llamado efecto “Emily in Paris”?
Para darnos una idea del poder de la producción de MTV y Netflix, el estreno de la tercera temporada el pasado 21 de diciembre de 2022, logró un total de 117.6 millones de horas de reproducción a nivel mundial en su primera semana de estreno, colocándola en la segunda serie más vista en los países de habla inglesa de dicho mes.
¿Pero qué es lo que encanta de Emily Cooper? ¿Acaso son sus amigos, sus amores, la ropa, París? ¿O la idea de poder vivir lo que la protagonista pasa todos los días? Nuestra respuesta es que es un poco de todo.
Y todos estos factores han provocado alrededor del mundo que la gente quiera vivir o vacacionar en la capital francesa.
De acuerdo con un estudio realizado por la página NewCasinos.com, a raíz del estreno de la tercera temporada hay un incremento en la búsqueda de “vacaciones en París” de 161%, tan solo en el Reino Unido.
Según sus datos, la serie se ha convertido en una guía de los mejores restaurantes para comer, panaderías por visitar y obvio todo esto replicando algunos conjuntos de la protagonista.
“Es increíble lo que un personaje ficticio puede ocasionar en el mundo real”, aseguró un portavoz del sitio. “La serie muestra la vida nocturna de París, sus restaurantes y famosas atracciones como la Torre Eiffel o el museo del Louvre, provocando que las audiencias quieran vivirlo también”, continuó.
Y no podemos estar más de acuerdo.
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