De entre sus primeras hazañas del gran personaje que es Daria, está el hecho de obtener su propio programa, después de ser un personaje recurrente de Beavis y Buthead, un show sin un personaje femenino fuerte.
Desde entonces, la adolescente fuera de la norma ha sido una rompedora de paradigmas y un ícono feminista.
Mientras Daria ya defendía su cara de bitch diciendo que le gustaba sonreír cuando, de hecho, valía la pena hacerlo, las demás heroínas femeninas de la tele también eran chicas a las que amábamos, como Buffy, la caza vampiros, pero ninguna era tan diferente (y real), como Daria.
Ella era la paria, a la que no le importaba casi nada. Sarcástica, consciente e inteligente, el dúo que hacía con su mejor amiga, Jane, era la relación de amor verdadero en toda la serie, y juntas eran las dos feministas que modelaron a muchas chicas noventeras.
Daria podía tocar todos los temas, desde ateísmo, las modelos que dejan la escuela y para los 25 ya no son útiles para la industria, hasta racismo.
Ella y Jane nunca se quedaban calladas y entre mucho de lo que nos dejaron, ese es uno de los aprendizajes más importante.
Este año, el show cumple 21 años de haber salido al aire, y en tiempos como estos, necesitamos la sororidad y feminismo de Jane y Daria.
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