Como muchas mujeres, en mis primeras experiencias sexuales no estaba segura de si había alcanzado o no un orgasmo. Una situación muy común en las mujeres, pues a pesar de que disfrutamos mucho del sexo, en ocasiones no estamos seguras de si llegamos o no.
En ese momento encontré la respuesta más contundente: si dudabas si lo habías alcanzado o no, entonces lo más probable era que no hubieras tenido un orgasmo.
También me di cuenta de que una de las partes que más disfrutaba de tener relaciones era el juego previo y cuando mi novio me practicaba sexo oral, más que la penetración misma.
Así que un día que no había nadie en mi casa, comencé a masturbarme en mi cama. En ese momento yo pensaba que ese primer orgasmo podría ser más explosivo (como en las películas) y me daba miedo que me escucharan desde mi recámara.
Tardé un poco en conseguirlo, pero cuando llegué me impresionó mucho darme cuenta que era una sensación completamente diferente a lo que había sentido hasta ese momento, y que además sólo había requerido estimulación en el clítoris y nada de penetración. Y no, no había habido ningún grito ni gemidos escandalosos.
Fue uno de los descubrimientos más grandes, pues a partir de ese momento pude empezar a experimentar orgasmos también estando con mi novio. Poco tiempo después también descubrí que podía tener orgasmos de diferentes tipos, pero que todos se sentían muy bien.
Si tú aún no has tenido un orgasmo, o no estás segura de si has tenido uno, te recomiendo que intentes conseguirlo tú sola. Tal vez al principio parezca un poco más tardado de lo normal, pero al final terminarás descubriendo uno de los más grandes placeres que puedes tener en la intimidad, y es posible que a partir de ese momento te sea un poco más sencillo alcanzarlo también en pareja.
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