"Primero un empujón, luego un manazo": por qué Silvia Pinal se divorció de Enrique Guzmán


Una de las relaciones más famosas del mundo del espectáculo fue la que se mantuvo entre Silvia Pinal y Enrique Guzmán, sin embargo, ésta llegó a su fin cuando los celos y las agresiones por parte del cantante llegaron al extremo.

La actriz y el intérprete mantuvieron una relación entre 1967 y 1976 y, de acuerdo con Pinal, ambos estaban locos uno por el otro, incluso, Guzmán solía cantarle para conquistarla… hasta que todo eso terminó.

Su relación tuvo buenos momentos, se enamoraron y tomaron la decisión de juntarse para luego tener a Alejandra Guzmán, su primera hija, lo que hizo que el amor entre ambos famosos se elevara, pero al mismo tiempo también aumentaron los compromisos, situación que creó conflictos entre ellos.

Posteriormente llegó Luis Enrique, su segundo hijo, lo que también trajo numerosos problemas entre Pinal y Guzmán, entre estos infidelidades por parte del cantante y las primeras señales de abuso luego del parto de la actriz.

Silvia Pinal relata que su exesposo era un hombre sumamente celoso y que la relación se volvió insostenible… hasta que llegaron los golpes.

“Primero un empujón, un jalón, luego un manazo; la primera bofetada, la primera golpiza”, detalla la actriz en su libro ‘Esta soy yo’.

Silvia Pinal quiso refugiarse en su trabajo porque sentía que no podía enfrentar a Guzmán en ese entonces, hasta que tuvo un suceso traumático que la puso al borde la muerte, pues una vez, estando ambos en su recámara, Enrique sacó una pistola de su cajón y le apuntó a ella. Primero la amenazó y luego le pidió que la matara: “tómala así, apunta así y disparas”. El arma se disparó y la bala rozó a Pinal.

La musa de Luis Buñuel logró divorciarse de Enrique Guzmán y obtener la custodia de sus dos hijos. Años después, el cantante admitió que había golpeado a su exesposa una sola vez: “Una sola vez le falté al respeto a la señora y, ¿saben qué?, se lo mereció. Seguramente se me hará fama de ‘golpeador’, después de 50 años lo tendré que aceptar”.

No se trata de una historia romántica, sino de una violenta, de misoginia y machismo, en la que Enrique Guzmán sólo ejercía violencia a Silvia Pinal.

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