Nadie dijo que educar a los hijos es algo sencillo. Desde el momento en que nuestros hijos salen de nuestro vientre empieza un rosario de dudas que durará por siempre.
¿Hice lo correcto?, ¿lo estoy educando bien?, ¿fue necesario ese castigo?, ¿lo estoy alimentando correctamente?, ¿fueron demasiados dulces?...
Todas estas incertidumbres se acentúan cuando tuvimos un mal día, estamos cansados o estresados.
El carácter de los padres y el de los hijos es otro factor a tomar en cuenta, pero una crianza positiva es posible. También lo es educar a los niños sin gritos ni golpes.
Qué es la crianza respetuosa
La crianza respetuosa es una filosofía de crianza basada en La teoría del apego, del psiquiatra y psicoanalista John Bowlby.
La teoría del apego es un comportamiento innato que se da desde la infancia y que lleva al ser humano a explorar cosas nuevas. Cuando en esa exploración los niños sienten miedo o peligro, la primera reacción es buscar protección y seguridad de su cuidador primario, que es su figura de apego.
Si este niño o bebé cuenta con una figura de apego que es capaz de responder y cubrir estas necesidades primarias, lo hace sentir seguro y a salvo, entonces el infante se podrá desarollar y aprender porque no tiene que preocuparse por sobrevivir.
La crianza respetuosa es un estilo educativo se fundamenta en que el llanto de un infante es una llamada de auxilio, una forma de expresar que necesita sentirse seguro y en calma para poder aprender, ser curioso y desarrollarse correctamente.
Una crianza respetuosa no sólo ofrece alimento, salud, higiene, confort y seguridad, sino que parte fundamental de estas necesidades es el amor, los cariños, las atenciones, las caricias y los abrazos.
También avoca a tratar con respeto a los niños y darles su lugar en la sociedad desde pequeños, con lo valiosos que YA son.
8 puntos clave de la crianza respetuosa
Existen puntos clave para una crianza respetuosa, en inglés son conocidas como las 8 B:
- Birth bonding: Lazos afectivos desde el nacimiento.
- Breastfeeding: Lactancia materna.
- Babywearing: Llevar al bebé en brazos.
- Beding close to the baby: Colecho o dormir cerca del bebé.
- Belief in the language value of your baby’s cry: Creer en el valor del llanto del bebé como unlenguaje.
- Beware of baby trainers: Precaución con los adiestramientos.
- Balance: Mantener un equilibrio entre el autoritarismo y la permisividad.
- Both: Trabajo en equipo de los padres, presencia activa de ambos.
¿La crianza respetuosa es permisiva?
No, la disciplina positiva no es dejar que los hijos hagan lo que quieran, pero tampoco es educar sin límites.
El objetivo de la crianza respetuosa y la disciplina positiva es que los hijos sepan afrontar los desafíos que se les presenten sin violencia, sin frustraciones, sin enojos y desde el respeto.
Por supuesto que los niños pueden recibir normas, reglas y varios "no" por respuesta, y esto se puede lograr sin gritos ni golpes, pues incluso los gritos generan un alto estrés.
Consecuencias de gritar a los niños
El gritar a los niños deteriora su autoestima, se siente poco valorado y poco querido. Además eleva el estrés y podría entonces comportarse de forma desafiante y agresiva. La Unicef incluso señala que puede general sentimiento de soledad y abandono, se sienten excluidos ante el diálogo y la reflexión y esto puee generar violencia e incluso trastornos de personalidad.
Cuando alguien le grita o pega a un niño, se crea una situación confusa en el cerebro, porque éste interpreta los gritos o el dolor como una amenaza, y por intuición, los infantes buscan a sus padres en busca de protección y consuelo; si la fuente de consuelo es también la de dolor, entonces esto se vuelve caótico, contradictorio y doloroso.
Tips para educar a un niño sin gritar ni pegar
Una crianza respetuosa con disciplina positiva busca enseñar a los hijos cuáles conductas son aceptables y cuáles no siempre desde una posición de respeto, sin gritos ni golpes.
Cuando quieras establecer un límite, guarda la calma, no grites, pues tus hijos te escuchan y bien. No alces la voz, habla tranquilamente con tu hijo.
Si el infante ya está haciendo berrinche, no lograrás nada si le gritas o le pegas. Deja que termine y sólo contenlo para que no se golpee. No te dejes llevar por tu ira: respira, reflexiona y comprende que debes apoyar a tu hijo emocionalmente.
Habla en positivo para hacerte entender de forma más amable: en vez de decir "no puedes acabarte toda la bolsa de papas" di "puedes comer papas, pero sólo una porción pequeña".
Comprende a tu hijo desde su nivel, es decir, los niños son eso: niños, y no pueden ver las cosas como un adulto responsable. Ponte en sus zapatos y analiza la situación de la forma en que ellos la ven.
Educar con el ejemplo es tal vez uno de los puntos más importantes, pues por más instrucciones y consejos que les des a tus hijos nada se compara con el espejo que representas para ellos.
Tú eres la guía de tus hijos, lo que hagas tú, lo repetirán ellos así que intenta darles el ejemplo 24/7. Y recuerda que estás tratando con tus hijos desde un lugar de respeto, así que no hagas lo que no te gusta que te hagan a ti.
Escúchalos y entabla un diálogo positivo cuando tengan una situación. Lo primero es que los escuches atentamente y desde el corazón y sin juicios.
Después da tu punto de vista y dialoga en positivo con ellos: ponte a su altura, míralos a los ojos y habla tranquilamente. Sé empático y habla claramente según la etapa en la que se encuentren.
No hagas comparaciones, no los avergüences, no chantajees ni amenzaces, no lo excluyas de actividades ni lo descalifiques.
Por último, si llegas a alzar la voz o a gritarles, aprende a pedir perdón. Esto no te quitará autoridad, al contrario, les estás enseñando en espejo y a cerrar la brecha que hay ustedes: que cualquier persona se puede equivocar, que todos somos humanos y que hay que tener la humildad suficiente para pedir perdón cuando no manejamos una situación de la forma correcta.
Crédito fotos: iStock
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