5 enseñanzas que nos dejó la Forma del Agua


 

Amarse a sí mismo y amar a los demás es de las mejores experiencias que nos pueden pasar en la vida. A veces llegan en forma de revelación y rompen el hielo que llevamos dentro para dar y recibir más amor. La Forma del Agua, del director mexicano Guillermo del Toro,  es de esas cintas que no sólo en apariencia son increíbles, también tiene un tierno mensaje que va más allá de lo cursi, pues nos enseña que sin importar que tan “raras” nos consideremos, siempre existirá alguien con quien podamos compartir esa excentricidad y sí, probablemente, ser juntos para siempre.

 

Puedes encontrar el amor en el lugar menos pensado

Así como Elisa Esposito encontró a su alma gemela en un laboratorio gubernamental de alta seguridad, todas podemos encontrar a alguien a quien amar en cualquier parte, lo importante, es ver más allá de las apariencias y dejarse llevar por los sentimientos, sin importar lo que digan los demás. 

 

 

Quien menos te imaginas puede ser tu aliado

El doctor Robert Hoffstetler, que en realidad de la película se llamaba Dimitri Antonovich fue pieza clave para que la criatura humanoide pudiera escapar del laboratorio y ser feliz a lado de Elisa. Recordemos que él fue quien le dio la llave para liberarlo del estanque y aunque al final, las cosas no salieron como esperábamos, en gran parte, le debemos a él que la historia haya tenido un final feliz.

 

 

Todos podemos encontrar a alguien como nosotros

Elisa y la criatura marina eran de la misma especie y por eso se entendían tan bien. Aunque todos los humanos también somos de la misma especie, hay cualidades que nos distinguen a cada uno. Si piensas que eres mujer muy peculiar y que por ello no encontrarás el amor, descuida y recuerda esa frase de nuestras abuelitas “Cada quien, encuentra a su cada cual”.

 

 

Los sentimientos son la mejor manera de expresarse

Los protagonistas de la película no podían hablar, pero lo que sentían el uno por el otro, los delataba. Una mirada, una caricia o un abrazo eran suficientes para expresar el amor que se tenían. Nombrar las cosas por su nombre es increíble, pero el amor tiene dimensiones inimaginables que el lenguaje no puede encasillar.  

 

 

Sentirse satisfecho con los pequeños detalles de la vida

Elisa Esposito era feliz con su rutina, duchándose en la bañera, autosatisfaciéndose todos los días, comiendo huevos hervidos y yendo a trabajar. Esos detalles que quizá para muchos eran insignificantes eran su mundo y ella era feliz con ello. No aspiraba a una vida lujosa, pero le bastaba para disfrutar de la paz interior.

 

La Forma del Agua podría ganar hasta 13 estatuillas en los Premios Oscar, ¿ya sabes cómo y dónde verlos? 

 

via ActitudFem - Una comunidad versátil, para la mujer contemporánea http://ift.tt/2H6mARv
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