Nunca salgas de casa sin decirle a tu familia cuanto la amas, no sabes si volverás a verlos


Despiertas y planeas tu día conforme tus responsabilidades, tus deseos y tus horarios, asegurando que cada actividad a la que la vas haciendo espacio se realice con éxito. Sales de casa y te despides de tu familia a veces a prisa, a veces de mal humor, incluso a veces ni siquiera lo haces. Asegurando que, al terminar el día, volverás a casa y ellos ahí estarán, sin darte cuenta de que la vida nadie la tiene garantizada.

La realidad es que no sabes si sí volverás; no tienes idea si volverás a ver a tu mamá que te prepara el desayuno, a tus hermanos que a veces hacen que te explote la cabeza, a tu papá que te pregunta por el trabajo y a tu perrito que siempre mueve la cola cuando te ve llegar.

No imaginas si, realmente, vas a terminar el día que planeaste y, además, en el que decidiste salir de mal humor y no despedirte de tu familia porque jamás imaginaste que sería la última vez.

Nunca te olvides de las personas que son parte de tu camino, no te olvides de los que te acompañan: tus padres, hermanos, tus hijos si ya eres madre, tu esposo o esposa, incluso de tu mascota. El mañana no lo tenemos garantizado, por eso, vive como si fuera tu último día y no olvides recordarles a esas personas cuánto los amas… como si mañana no los volvieras a ver.

No salgas molesta, no salgas a prisa, no sin antes decir cuánto amas, cuánto los piensas, cuánto les extrañas; cuánto anhelas verles al volver a casa y qué tan fundamentales son en tu vida.

No te olvides de darles un beso, un abrazo, de recordarles tu amor; nunca te salgas de casa sin decirles lo que sientes, no sabes si ellos estarán ahí cuando regreses o, por el contrario, no sabes si tú vas a regresar.

La vida es un parpadeo y nadie estamos seguros de cuánto durará el nuestro, porque en tan sólo un segundo podría dar un giro completo que nos aleje por siempre de quienes amamos. Hasta que, de repente, vives un momento de impacto que hace que te lamentes por no abrazar por última vez a tu mamá, a tus hijos, o a quien sea que ames: porque en un, dos por tres desapareces, de la nada, de pronto, fugaz.

Nunca salgas de casa sin decirle a tu familia cuánto la amas, no sabes si volverás a verlos… si tendrás otra oportunidad para que les hagas saber lo que sientes.

via ActitudFem - Una comunidad versátil, para la mujer contemporánea https://ift.tt/3vNcRZT
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