Durante la noche del día de ayer, en redes sociales se difundió rápidamente una terrible noticia: un convoy que viajaba sobre la estación Oliva de la Línea 12 del Sistema de Transporte Colectivo, Metro, se desplomó.
Dos vagones cayeron provocando la muerte de 23 personas y ocasionando heridas en 70 más, pero antes de que todo esto fuera noticia, las personas que iban pasando por ahí demostraron, como en el sismo de 2017, de que estamos hecho los mexicanos.
Antes de que todo esto se politizara, antes de que las cámaras llegaran, los mexicanos otra vez se unieron, demostrando que su virtud más grande es el amor, la compasión y la solidaridad.
Y es que sin pensar que ponían en riesgo sus vidas, estos héroes y heroínas pensaron primero en la necesidad de ayudar a quienes aún se encontraban con vida y pedían auxilio.
México otra vez se convierte en ejemplo de solidaridad en la desgracia
Personas ofrecieron en redes sociales sus casa, sus camas y una taza de café caliente a quienes ya no pudieron regresar a casa porque la tragedia se les atravesó.
Otros más arriesgaron su vida y removieron escombros para sacar a la gente que aún estaba atrapada, taxistas llevaron heridos a los hospitales y vecinas de la Unidad Habitacional La Draga, en Tláhuac repartieron desayunos a los voluntarios y las familias de los necesitados.
A estos actos de amor, también se sumó el justo reclamo en redes sociales, porque esto no fue un accidente, fue una negligencia que se pudo evitar y porque una vez más decenas de vidas hoy seguirían con nosotros de no ser por la falta de empatía que las autoridades tienen sobre quienes gobiernan.
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