La persona que te rompió no puede ser la misma que te arregle...

 

La persona que te rompió no puede ser la misma que te arregle, recuerda que tu le entregaste el corazón completo, intacto. Y fue él quien lo quebró en mil pedazos.

A veces pensamos que el amor debe ser incondicional, yo pensé lo mismo cuando mi novio me engañó. Por mi cabeza pasó ese tonto pensamiento del porqué echar a la basura tantos años, solo por un desliz. Pero no fue un desliz, al final me di cuenta de que fueron varios.

Él me lo prometió, me juró que lo iba a arreglar y sabes qué, el final me volvió a engañar y me quedé más rota que al principio.

Del quiebre aprendí que aquel que te rompe jamás podrá arreglarlo, no importa lo que haga, el daño está hecho.

Siempre que pienso en esto recuerdo aquellos amores del pasado, al que conocí en la universidad con el que estuve a punto de casarme, o al que decidió dejar lo nuestro como una aventura, porque al parecer yo no cumplía con los requisitos suficientes para que me pudiera querer. Todos me rompieron de alguna manera, unos más severa que los otros.

Pienso en todas esas veces les di el beneficio de la duda, todas las veces que creí que las personas podrían cambiar. La realidad es que al igual que cuando se rompe una taza de cerámica, cuando alguien te rompe por más que intente repararlo se notan las secuelas.

Sé que tienes miedo, sé que piensas que no habrá alguien más, que eso que tenías se puede arreglar, pero antes de que pienses en lo que se puede arreglar, detente a pensar un segundo en ti, en la que eras antes, recuerda quién eres y lo feliz que eras antes de conocer a ese que te quebró.

Y cuando estés ahí, recuerda que tu eres suficiente para arreglarte, que hay quien te ama y que no necesitas aquél que no pensó en ti antes de romperte el corazón, porque te aseguro que cuando se ofreció para arreglante tampoco pensó en ti, solo pensó en que no quería perder a esa persona que lo soporta todo.

En ocasiones nos creamos fantasías y eso cuentos nos impiden ver hacia el futuro, justo como cuando éramos adolescentes creímos en el amor eterno.

 

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